Que bien suenas.

Suena nuestra canción preferida, y tú como siempre invitándome a bailar aún estando en el salón de casa.

Que bien suena, cuando la escucho apoyada desde el vértigo que da tu cuello. 

Y es que cielo, eres como ese ''Desordena mi cama, pero no mi corazón'' que siempre he querido.

Eres mi París en plena primavera, eres una batalla de besos en mi cama, eres una sonrisa en el momento idóneo, eres tú y todo lo que traigas.

No quiero que la canción deje de sonar, no quiero que dejes de desafinar susurrándome al oído. 

Solo ese momento basta para saber que eres la melodía que quiero escuchar cada día. 
Quiero que sigamos bailando, quiero seguir con esta piel de gallina, quiero que sigas sin saber bailar y que esto solo sea una excusa para sentir tu aliento lo más cerca posible. 

Y ahora la canción ha terminado, pero aún así sonríes, y me miras con esos ojos llenos de locura. No debo estar triste, ya me lo dice tu mirada, la canción ha terminado, pero la noche acaba de empezar.